Y sentado en un banquito su mirada se perdía en la ciudad, desde su casa se mostraba gran parte de ella; pero sus ojos se perdían mas allá, mas allá de los edificios y de las montañas que rodean este valle, mas allá de el cielo gris y los aviones.
Ante sus ojos solo se veía el anhelo de ir a ese lugar que le han mostrado solo en fotos..........y es que en una de esas tantas imagenes atrapadas en papel, veía una calma y una nostalgia que no supo explicar, se reflejaba una paz tan agradable que paso media tarde observando cada detalle de ese pedacito de papel. Ahí el horizonte se perdía de azul, el sol aunque brillante parecía no quemar, se podía ver por las palmeras que el viento era mas fresco, con una cierta brisa que podia calmar cualquier alma, las nubes que se mostraban mas blancas proporcionaban una sombra hermosa, la arena cálida se mostraba como el mejor lugar para unos pies descalzos...............y ahí, sobresalia, El Mar.......el mar tan azul, tan imponente, tan largo que se extendía por la toma, ese mar parecía ser tan fresco y tan agitado en la orilla, pero de una calma tan imposible........
Como sentir esa nostalgia y esa necesidad de estar en algún lugar sin conocerlo, como se puede tener tanto afecto y apego a algo del que solo has oído hablar o ver por fotos como esa que miras con tanto gusto....
Después de acabar de ver la foto del mar, su mirada se volvió a hundir en el final de la ciudad, de esa ciudad a la que se encadeno y tal vez por apego o temor no se atreve a dejar, añorando e imaginando algún encuentro y volviéndose una necesidad o necedad por su amor el Mar....
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